Aviso: este artículo contiene spoilers menores de las novelas de Ayn Rand.
Hoy 2 de febrero se celebra el 115 aniversario del nacimiento de Ayn Rand. Para mí es una fecha en la que siento gratitud y admiración por el nombre de la novelista y filósofa que he asociado con ella. Si identificara la mayor causa de gratitud que tengo hacia el trabajo de Ayn Rand en sus obras de ficción y no-ficción sería la visión de la vida que es posible para mí en este mundo que Rand me mostró. A continuación hablaré de algunos aspectos generales de esta exaltada visión de la vida que he encontrado en el trabajo de Ayn Rand.
Mi primer contacto con la obra de Ayn Rand fue con sus novelas. En mis primeras lecturas de La rebelión de Atlas y El Manantial, al apreciar las acciones de los héroes, y los caminos que seguían y los objetivos que perseguían, yo sentía que me estaba adentrando a un mundo casi extraño para mí. Pero no sentía que fuera un mundo extraño del todo porque las situaciones en las que se encontraban estaban tan atadas a este mundo que me hacían pensar que en el futuro, aunque en una diferente escala, yo me vería en las mismas situaciones enfrentando al mismo tipo de disyuntivas que ellos.
Uno puede ven en La rebelión de Atlas a Hank Rearden, un industrialista caracterizado por una refulgencia productiva que lo conduce a crear una nueva aleación de acero con grandes ventajas sobre el anterior tipo de acero en su uso para todo tipo de herramientas y estructuras para servir a los objetivos de los seres humanos. Rand nos lo presenta en la gloriosa noche de la primera colada del primer pedido de su metal, y presentando un panorama psicológico de la profunda felicidad que Hank siente viendo el producto de su trabajo, nos hace cuestionar sobre el tipo de cosas de las cuales derivamos nuestra felicidad, y de la experiencia que ello significa.
En Hank descubrí la posibilidad de encontrar profundo significado en la búsqueda de una carrera productiva, una carrera que integre todos mis esfuerzos en una visión unificada de lo que quiero hacer de mi existencia aquí y de la que obtenga la felicidad de mi vida.
O en Himno, la mini-novela en la que acompañamos al protagonista en un viaje por descubrir por primera vez algo en él que es digno de considerarse como sagrado, pero que todo ser humano tiene y puede re-descubrir si se atreve a desafiar las doctrinas con las que ha sido educado toda su vida. Yo desafié las doctrinas que me exigían rendir mi mente a las demandas de quienes alegaban conocimiento de una realidad superior, y que exigían mi auto-sacrificio en favor de quienes se piensa que tienen un derecho a disponer de mi vida. Examinar mis premisas, y descubrir unas nuevas premisas racionales que me conduzcan hacia esa visión que encontraba.
Estos personajes enfrentaban las preguntas a las que yo me estaba empezando a enfrentar en mi juventud, y que iban a implicar elegir un curso de acción a medida que crecía y dejaba la adolescencia. A mi alrededor veía pocas, sino nulas similaridades entre las posiciones que los héroes tomaban, y por los motivos y por los objetivos que ellos perseguían. Porque parecía que ellos estaban avanzando hacia objetivos que habían elegido conscientemente, pero que de forma importante, eran conscientes también del esfuerzo y el valor que requería de ellos trabajar para alcanzarlos.
En sus novelas Ayn Rand presenta una visión noble de lo que uno puede aspirar a ser en el mundo. En el manifiesto de su filosofía estética, Rand dice:
El novelista debe descubrir el potencial, la mina de oro, del alma del hombre, debe extraer el oro y luego crear una corona tan magnífica como su habilidad y visión lo permitan.
El Manifiesto Romántico, El objetivo de mi escritura.
En efecto, Rand en sus obras se propone mostrar en la palabra y acción de sus héroes lo que significa dirigir uno su vida basado en principios filosóficos y perseguir los valores que hace posible nuestra vida y felicidad.
Este #DíadeAynRand te invito a leer a Ayn Rand para examinar tus premisas y a explorar en sus novelas una nueva visión sobre el mundo en el que la felicidad existe, que es real, es posible y es tuyo.