El mes pasado durante UElCato UFM, Gabriel Calzada dio una charla sobre la Escuela de Salamanca. Antes había escuchado sobre los autores católicos que se conocen como parte de la Escuela de Salamanca, y había leído a un par de ellos, pero no me había adentrado a conocer detalles sobre los logros que alcanzaron ni al considerable número de pensadores de esa escuela.
Me parece fascinante la amplitud de temas que esos teólogos y filósofos trataron en su tiempo tratando que entender la complicada y a veces turbulenta vida de la alta edad media. Ellos estaban tratando de descubrir principios que explicaban aspectos de esa vida social como aspectos jurídicos, morales y económicos; lo cuál hace mucho sentido, ya que bajo la influencia de la filosofía de Tomas de Aquino, el conocimiento que obtenemos del mundo es conocimiento de principios que lo rigen.
Es admirable también, que por lo menos, las figuras principales de esta escuela de pensamiento estaban bastante orientados a la práctica y al mundo. Y con eso me refiero a que, al observar los hechos y descubrir cosas, lo que buscaban con después es enseñar ese conocimiento a al público, y de forma importante también, a las autoridades para que se informaran de la forma en que funcionaba el comercio, la moneda y los temas que exploraban.
Me llamó mucho la atención también que entre ellos habían hombres de estatura moral. Como es el caso de Juan de Mariana, que fue llevado ante el tribunal de la Inquisición por «ofensas a la república» por el trabajo intelectual que estaba haciendo en denunciar la manipulación de la moneda por parte del estado. Cuando le demandaban que se retractase de lo que había dicho en contra de la corona, Juan de Mariana, en vez, reafirmó la verdad sobre lo que había escrito sobre la expoliación a escondidas, el despilfarro, y otras denuncias contra la corona. Todo eso ante la amenaza de ejecución por delitos de lesa majestad. Al final Juan de Mariana fue liberado por el veredicto de un tribunal del Vaticano en contra del rey, quien quería ejecutarlo y quemar sus libros.
Hacia el final de su charla, Gabriel Calzada entregó los pedazos más fascinantes y jugosos de información y conocimiento para mí que me generó muchas preguntas más, y un deseo por investigar más sobre la historia de las ideas en la Europa de la segunda mitad del segundo milenio. Calzada mostró una foto de una copia de Historia general de España (1601) de Juan de Mariana con la firma de John Locke, quien poseía obras de De Mariana en su biblioteca personal. Esto sobrecarga mis circuitos de preguntas y de hambre por conocimiento y claridad sobre historia intelectual: ¿Cuál es la amplitud de la influencia que tuvieron los escolásticos tardíos en los ilustrados ingleses?, ¿Cuál es la historia detrás de las grandes ideas y desarrollos filosóficos que nos heredaron las ideas de la libertad y los derechos individuales? ¿Qué es lo que hizo a los pensadores de la Escuela de Salamanca tan especiales que lograron identificar tan adecuadamente principios en la realidad? ¿Cuáles fueron las influencias que hicieron posibles los campeones de la libertad del Iluminismo? ¿Los escolásticos, Aquino, Aristóteles? ¿Qué hay en común entre todos ellos?
Eso sin dejar de lado las preguntas que ya me estaban surgiendo sobre las influencias de la Escuela de Salamanca en la Escuela Austriaca de Economía, sobre lo cual Gabriel Calzada, Jesús Huerta de Soto, y muchos más especulan, ¿son los autores de la primera los antecesores de la segunda? Moris Polanco, profesor de filosofía en la UFM ha escrito en contra de esa hipótesis. ¿Cuál es el debate que se está dando aquí? Y más importante, ¿cuáles son las implicaciones de lo que vayamos a encontrar en esta investigación de historia de las ideas?
Ya lo he dicho en otras ocasiones, en un universo alternativo, yo me dedicaría a ser un historiador de las ideas y me ocuparía de investigar estas preguntas. Por el momento, agradezco el tener oportunidades como estas de disfrutar el conocer sobre los logros de hombres que han usado su mente para resolver problemas en el mundo.