Apreciando «CROSSFIRE – Star Wars: The Old Republic Short Film»

Hoy descubrí un corto de Star Wars que me gustó mucho.

El corto está ambientado en la época de La antigua república del universo expandido de Star Wars.

Mi parte favorita del corto es los últimos 80 segundos del corto, que es una escena de una conversación entre dos soldados de la república, uno de ellos que acababa de sobrevivir dos tiros directos resultado de una emboscada por parte de un escuadrón de soldados del imperio Sith. Lo que me gusta tanto de esa escena es esa actitud optimista de los soldados y la toma de el paisaje alejándose lentamente. Los soldados acababan de neutralizar la emboscada de la que habían sido víctimas e inmediatamente después de eso, aunque con una que otra herida, ello perdía relevancia frente al hecho que habían sobrevivido para seguir luchando y deseaban que sus otros compañeros hiciesen lo mismo. Es el espíritu de Star Wars en su mejor versión.

Diarios para apreciación y aprendizaje

He estado pensando en cómo escribir diariamente sobre lo que tengo y sobre las reflexiones que tengo durante el día.

Es como tener un diario de lo que aprendo para reforzar mi aprendizaje y mi apreciación del mismo.

Entonces he pensado también sobre cómo hacer lo mismo enfocado en áreas más específicas de mis actividades en la vida.

El otro día me compré un Igo de fresa y banano en GoGreen. Mientras me lo comía –y estaba muy bueno– lo disfrutaba y pensaba en otras cosas que he comprado durante la semana y cómo esas cosas las he disfrutado o me han sido útiles. Pensaba en la belleza del comercio y en el hecho de que cualquier cosa que me propongo lograr, siempre va a haber personas allá afuera que están produciendo lo que voy a necesitar para alcanzar esos medios. Mi comida, útiles, libros, transporte, todo tipo de cosas. La gente que me rodea está allí para producirlo todo y dispuesta a que lo intercambiemos, yo dándoles lo que quieren y ellos dándome lo que yo quiero. Y el hecho de que cada transacción forma parte de los medios que me van a conducir a cumplir mis objetivos. ¿No es eso algo profunda y fundamentalmente bello?

Y todo lo que eso conlleva. La belleza del intercambio y la satisfacción de obtener cualquier cosa que yo juzgue necesaria para alcanzar mis objetivos gracias al mismo.

Cuando me relaciono comercialmente con otros seres humanos no puedo evitar sentir una profunda sensación de benevolencia; tanto hacia la persona con quien estoy comerciando, como al resto de mi vida en esta tierra.

Tal vez no empiece ahora a hacer un diario de mis transacciones. Pero ciertamente e salgo que voy a hacer cuando tenga hijos con ellos, o cuando esté enseñando sobre economía como un ejercicio para apreciar el valor del comercio.

Apreciando el «Canto XIV» de «In Memoriam» de Alfred Tennyson

Hoy repasaba, ya con menos esfuerzo para recordar, el poema que me he estado memorizando durante la semana. El Canto XIV del poema largo In Memoriam de Lord Alfred Tennyson en conmemoración de su… querido, amado… cualquier palabra se queda corta para nombrar la inmensa valoración que Tennyson tenía hacia su amigo Arthur Henry Hallam, quien murió en 1833.

17 años después de la muerte de su mejor amigo, Tennyson publicó este poema largo compuesto de 131 cantos plasmando en ellos algunas de las observaciones más agudas y profundas sobre la sublimidad del espíritu humano y de su capacidad de valorar profundamente e intensamente.

Este canto es uno de mis favoritos del poema; que aún estoy por terminar de leer. El poema me lo memoricé en el inglés original del siglo XIX en el que Tennyson lo escribió. Traté de buscar una traducción del mismo, pero ninguna me satisfizo. Así que voy a proceder al canto original, y después a exponer mi apreciación de él.

In Memoriam, Canto XIV

If one should bring me this report,
      That thou hadst touch’d the land to-day,
      And I went down unto the quay,
And found thee lying in the port;

And standing, muffled round with woe, 5
      Should see thy passengers in rank
      Come stepping lightly down the plank,
And beckoning unto those they know;

And if along with these should come
      The man I held as half-divine;
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      Should strike a sudden hand in mine,
And ask a thousand things of home;

And I should tell him all my pain,
      And how my life had droop’d of late,
      And he should sorrow o’er my state
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And marvel what possess’d my brain;

And I perceived no touch of change,
      No hint of death in all his frame,
      But found him all in all the same,
I should not feel it to be strange.
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Como parte de mi apreciación de los poemas siempre elijo mis líneas favoritas e identifico las que más me impactan.

En la línea 10, «The man I held as half-divine» es la declaración de Tennyson del estatus que él le asignaba su mejor amigo en su alma. Lo divino es objeto de nuestra adoración. Si la vida está compuesta por los valores por los que trabajamos en ella, y si nuestra adoración es hacia esa vida y esos valores, el hombre que consideramos medio-divino debe ser el hombre en quien uno ve reflejados sus valores y que merecidamente es objeto de nuestra adoración.

Esa línea habla sobre un hombre en relación a uno. Para mí es la confirmación de lo que uno siente hacia alguien que consideraría mi mejor amigo. Un amigo que se merezca ese título debería apropiadamente ser objeto de nuestra adoración en virtud del inmenso valor que ha traído y que representa para nuestras vidas; como lo expresa en la línea 12.

¿Quiénes son amigos? Cuando pienso en un amigo, pienso en alguien con quien comparto experiencias, a quien le hablo de mi dolor (línea 12) y me acompaña.

Este canto habla sobre la amistad y las cosas que hacen las amistades tan especiales.

Otra de mis líneas favoritas es una con la que me identifico profundamente porque exactamente expresa lo que siento pasa con mis amigos: «And marvel what possess’d my brain» (16). Con mis amigos más queridos siempre nos compartimos ideas sobre nuestro futuro, reflexiones sobre la vida y preguntas que nos inquietan, las exploramos y nos maravillamos ante todos esos pensamientos que poseen la mente del otro.

En la línea 5, «And standing, muffled round with woe,» captura lo que se siente cuando no hemos visto a un amigo por mucho tiempo, o nos volvemos a encontrar después de un viaje, como en el canto, y tenemos mucho que contarnos sobre lo que ha sido de nuestra vida en el tiempo que no nos hemos visto.

Pero uno de los aspectos que más apela a mí de este canto es lo que captura la última estrofa. A un buen amigo uno lo conoce muy bien. Cuando uno conoce muy bien a ese amigo, mientras más uno lo aprecia, menos quiere que algo de él cambie. Uno lo conoce muy bien, y ha elegido mantener esa amistad porque es precisamente el tipo de ser humano con quien quiere ser amigo; uno no quiere algo diferente. Eso es lo que uno esperaría encontrar cuando uno se reúne después de un largo tiempo con esa persona. Y ese sentimiento al encontrarlo igual es justamente lo que expresan las últimas dos líneas. La calmada satisfacción de confirmar lo que se espera: encontrar en esa persona el carácter inmutado por el que una vez elegimos ser su amigo.

He hablado un poco de lo que el canto significa para mí. Eso es lo que la poesía hace para mí, es una pieza que captura en palabras aspectos complejos y profundos de mi realidad interna, de lo que yo he experimentado como amistad. La poesía hace concreto lo que yo de otra forma me costaría mucho o casi imposible de sacar dentro de mí. Una imagen de lo que yo considero un amigo.

Y diría que busco amigos de ese tipo con la misma urgencia con la que busco obras de arte: para llenar de significado a mi vida. Es algo difícil porque para mí esa búsqueda es la búsqueda concreta y urgente de seres en la realidad dignos de mi adoración, dignos de depositar mi confianza y admiración porque me recuerdan de lo bueno en la vida, y me acompañan en mi camino a alcanzarlo.

Esa es exactamente la razón por la que este poema me gusta tanto: me ayuda a tener una visión más clara de mí y de la vida respecto a la amistad para que fuera en el mundo, yo sepa dónde buscar.

*Imagen: Fishermen Returning Near Naples por Ivan Aivazovsky. Por referencia de Lisa VanDamme en su charla: «Falling in Love with Poetry» (Part 1)