Cuidado con el hilo mágico

Esta semana empecé mi primera tutoría de literatura para niños leyendo y discutiendo con mi estudiante, un fascinado y sonriente niño de diez años, una de mis historias para niños favoritas. Después de una sesión de prueba exitosa con él hace dos semanas, en esta segunda oportunidad que tuvimos para explorar literatura juntos, lo encontré con más confianza buscar respuestas a preguntas difíciles, fascinándose por nuevas reflexiones sobre la vida, y genuinamente interesado por relacionarlas con su propia vida y acciones. Tuvimos una discusión que fue fascinante para ambos y que dio a él una perspectiva nueva sobre sus acciones y la forma en la que pasa su tiempo. En este artículo contaré sobre esa experiencia para ilustrar una de las formas en las que la literatura tiene el poder de iluminar nuestras acciones y actitudes a nosotros mismos para vivir una vida más intencional y de significado.

Nuestras clases empiezan con él eligiendo qué historia leer dentro de un número limitado de opciones que le presento. Esta vez, él eligió una historia anónima francesa llamada «El hilo mágico». La historia cuenta la vida de un niño «fuerte y capaz» pero impaciente e inquieto llamado Peter. Un día, a él le ofrecen una bola de hilo mágico con el que puede hacer pasar horas como si fueran segundos con un tirón del hilo. Sin dudarlo, Peter lo acepta y empieza a usarlo cada vez que se enfrenta a situaciones incómodas o difíciles y para saltarse años completos para evitar la espera de etapas avanzadas de su vida. En sus años de vejez abandonado por sus hijos y debilitándose cada vez más, se lamenta que su vida pasó tan rápido y sin haber vivido los tiempos buenos ni malos.

Con preguntas cuidadosamente formuladas que no daban lugar a respuestas de «sí» y «no», sino más bien preguntas abiertas tratando ideas para su nivel, mi estudiante se enfrentó al reto de pensar sobre las consecuencias de las acciones de Peter, sobre el significado de esos sucesos para la trama, y sobre situaciones similares por las que él mismo ha pasado en su vida.

Uno de mis momentos favoritos de la clase fue la discusión que tuvimos sobre cómo nosotros podemos también caer en el error de Peter de evadir o de apagar nuestra mente ante incomodidad o en tiempo que podríamos usar para vivir la vida al máximo. A continuación la recuento.

La discusión surgió con él al encontrar una contradicción entre sus acciones y su pensamiento cuando llegó a la implicación de una de las ideas importantes de la historia que había entendido.

Al terminar de leer la historia, yo le pregunté si él recibiría la bola de hilo como Peter lo hizo. Su respuesta fue una respuesta firme de que él no la recibiría. No la recibiría, me explicaba el, porque con la compañía de personas cercanas, los tiempos tristes se pueden superar, y porque «¡¿quién se salta sus cumpleaños?!» «¡Qué fea vida!» juzga él que sería una vida en la que nos saltemos esos tiempos buenos y malos.

Tratando de dirigir su atención a cómo la situación de Peter puede ser relevante para su propia experiencia de la vida, yo le pregunté: ¿piensas tú que hay formas en las que nosotros podríamos estar teniendo la actitud de Peter aún no teniendo el hilo mágico? ¿Has pasado alguna vez el tiempo distrayéndote e ignorando lo que pasa a tu alrededor? A lo que me respondió «uuh, muchas veces». «¿En qué momentos te ha pasado eso?», proseguí yo, buscando construir más con el entendimiento que estaba ganando. «Cuando estoy en la tablet y pasa volando el tiempo.» En este punto yo le sugerí que la tablet funcionaba como su propio hilo mágico, una conexión que yo no tenía idea de que iba a surgir y que nunca se me había ocurrido antes. A lo que él asintió estando de acuerdo. En ese momento le recordé la conclusión a la que habíamos llegado sobre lo fea e indeseable que sería una vida como la de Peter usando el hilo mágico. Una vida que me dijo que él «no, no, no, no, no, no, no, no, no» querría vivir. Entonces yo le cuestioné: «esa no es una vida que tú querrías vivir. Tú no aceptarías el hilo mágico. Pero, ¿la tablet es un hilo mágico? Tú me dijiste que lo es.» Después de unos balbuceos y unos segundos de silencio, levantó su mirada hacia la mía y susurró, en asombro, «me explotaste la mente». A lo que siguió, explicando, «O sea, no quiero el hilo de la tablet pero mi hilo… mi hilo… es la tablet, y yo no quiero el hilo…. Eso significa que… [con una voz de asombro] ¡yo no aceptaría la tablet!» Después de unas expresiones de alarma y de sorpresa, anunció la otra implicación, «¡Eso significa que a mí sí me gusta el hilo mágico!» [y más expresiones de asombro]. A partir de ahí discutimos formas en las que nosotros podíamos usar menos las cosas que funcionan como nuestro hilo mágico y que nos impiden vivir vidas de actividad, de aprendizaje y de búsqueda de valores. Acordamos que la próxima vez que nos viéramos, nos contaríamos las veces en las que usamos el hilo mágico, pero con el fin de acudir cada vez menos a tirar del hilo disfrutar y aprovechar al máximo nuestro tiempo de vida.

Este es el poder de la literatura en acción. La historia de Peter le dio a mi estudiante una nueva perspectiva por la cual examinar sus acciones y la forma en la que pasa su tiempo. Lo despierta a una realidad en la que cada minuto de nuestro tiempo es valioso y que no debemos desperdiciar en distracciones que nos anestesian del dolor que nos empuja a crecer o de la alegría que viene de la actividad de lograr y aprender, todo lo cual llena de significado nuestra vida y la hace digna de vivirse.

Después de nuestra clase, tanto mi estudiante como yo, queremos dejar de tirar del hilo mágico y empujar nuestro cuerpo y nuestra mente a la actividad de explorar, aprender y vivir.

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Briefly on «Shane»

ShaneShane by Jack Schaefer
My rating: 5 of 5 stars

«And he was Shane.»

I can hardly find the words to describe how beautiful this novel is.
It is a masterfully integrated story, a remarkable example of unity in a work of art.

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Andrew Bernstein was the one who motivated me to read this amazing work of literature. He says that Shane is about the virtue of hero/worshipping; and I agree fully with that. By that fact, Shane is now one of my favorite novels.

Check out the 8 minutes discussion Andrew delivers on Shane in a talk on heroes of literature:


Listen, Bob. A gun is just a tool. No better and no worse than any other tool, a shovel—or an axe or a saddle or a stove or anything. Think of it always that way. A gun is as good—and as bad—as the man who carries it. Remember that.

Shane

Mi meta para marzo

En mi artículo sobre el valor de ponerse metas mencioné que mi resolución central para el 2020 es ponerme una meta cada mes.

Mi objetivo es que cada meta que me pongo cada mes sea una meta que deba seguir llevando para el resto del año, y potencialmente para años posteriores. Y así mejorar y enriquecer mi vida y alcance de valores y logros

Mi primera meta, la de enero, fue memorizarme un poema por semana. Meta que estoy cumpliendo cada semana.

Mi segunda, la meta de febrero, fue publicar una entrada de mi blog diaria. Febrero fue mi prueba piloto para esa meta. Viendo el éxito que tuve en esa prueba piloto, para el resto del año escribiré entradas diariamente de lunes a viernes. Aunque siempre escribiré, según quiera, en fines de semana como hoy.

Ahora, mi meta para marzo, será otra que va a ser importante para la cultivación de mi bienestar espiritual.

Para marzo, he decidido empezar mi meta de leer por lo menos 5 horas semanales de literatura que no forme parte de mis cursos en la universidad.

Esa es una meta que me motiva mucho porque la literatura ha jugado un papel crucial en mi crecimiento como ser humano, en mi apreciación de la vida, y en encontrar lo sagrado en la existencia humana.

Ya ha pasado la primera semana de marzo, y efectivamente, ya empecé con esa meta.

Esta semana leí la primera parte de Chantecler de Edmond Rostand.

Una obra teatral en cuatro actos que hasta el momento he disfrutado mucho y me con la que me he reído también. Espero para la próxima semana terminar de leerla y después seguir leyendo una historia corta o cuento por semana.

Ésta es una meta que también me emociona. Ya quiero tomar obras que por mucho tiempo he dejado en cola para leer pero nunca me he dado la oportunidad de leer. Ya es tiempo de avanzar con esa larguísima lista.

Mi experiencia en los diálogos socraticos de «Ética de la Libertad» en la ‘Sección A’ (primera parte)

Las últimas semanas he participado como oyente en algunas clases del curso de Ética de la libertad con Marta Yolanda Díaz-Durán en la Universidad Francisco Marroquín. Mi experiencia en esas clases ha sido una de las experiencias educativas que más he disfrutado y de las que más he aprendido en mi vida universitaria.

En esas clases, la profesora, más bien, la facilitadora del curso es de quienes menos interviene. La actividad principal en clase es el diálogo socrático en torno a las lecturas asignadas del curso.

A causa de eso, el disfrute y aprendizaje del que hablo no sería posible si mis compañeros de clase no experimentaran por lo menos algo de eso mismo que hablo, disfrutar y aprender. Y sí que he visto eso en mis compañeros, por lo menos en buena parte de ellos y durante la mayor parte del curso.

A continuación describiré en general en qué consiste esta experiencia que valoro tanto, y qué es lo que la hace posible: la guía de la facilitadora de la clase y la experiencia en sí que se vive en cada clase como resultado de esa guía expertamente hecha por la facilitadora.

Cada martes asisto a los diálogos en clase habiendo leído las lecturas asignadas como preparación para el diálogo que son tres capítulos de La rebelión de Atlas de Ayn Rand cada semana.

La dinámica de las clases es, básicamente, diálogos en los que hay un grupo de estudiantes en el inner circle, sentados en sillas en el centro dentro de las mesas (en un salón socrático) y otro grupo en el outer circle, que queda detrás de las mesas. Los 20 estudiantes nos dividimos en 6 grupos y a cada grupo le corresponde pasar una vez al inner circle, durante un tiempo establecido que es el mismo para cada grupo, en el que sólo ellos pueden hablar en el diálogo. Quienes están en el outer circle no pueden hablar en el diálogo, incluida la facilitadora y su auxiliar. Quienes quedan fuera pueden intervenir en el diálogo, pero sólo escribiendo preguntas a la vista de todos en los pizarrones. Cada estudiante también debe escribir su evaluación sobre la participación de sus compañeros cuando está en el outer circle.

Cada estudiante tiene en todo momento la oportunidad de contribuir a la discusión que se está dando. La facilitadora nos sugiere de antemano cinco preguntas sobre los acontecimientos en cada capítulo del libro. Pero llegado el momento, en sus contribuciones los estudiantes eligen con qué pregunta iniciar el diálogo, cuales discutir durante el mismo, y cuales más plantear para todos en el pizarrón.

En todas mis asistencias a clase la experiencia que se vive dentro de este marco especialmente diseñado, para los estudiantes que cumplimos con la tarea básica de llegar preparados para el diálogo, puede ser simplemente calificada como hermosa.

Me es imposible describir la experiencia exacta en cada clase, porque la única forma de captar eso sería efectivamente asistiendo a una clase.

Pero voy a indicar algunas observaciones generales del tipo de cosas que pasan en la clase.

Involucramiento serio de los estudiantes en el diálogo

La rebelión de Atlas es el punto de partida común de todos los estudiantes en el diálogo. Por la naturaleza de ese material que tenemos para discutir, los temas que se discutimos se basan en observaciones que sacamos de las acciones de los personajes en la novela, de las situaciones en las que se encuentran.

El misterio y el drama de la novela nos lleva a hacernos preguntas intrigantes. ¿Qué es lo que hace a ciertos personajes tomar el tipo de decisiones que ellos toman en situaciones difíciles? ¿Qué decisiones tomaríamos nosotros estando en lugar de ellos? ¿Por qué algunos personajes parecen estar más satisfechos con la vida que llevan y por qué otros no? ¿Qué es lo que los ha llevado a donde están? ¿Cuál es el resultado al que van a llegar personajes que actúan de cierta forma a diferencia de cómo actúan otros? ¿Cuáles son las premisas bajo las que operan?

El libro plantea una rica variedad de cuestiones de valores humanos a partir de las acciones y las situaciones concretas que se relatan en sus páginas. Los estudiantes no nos sentimos sino movidos a hacer las preguntas que nos plantea y explorarlas con nuestro mejor juicio de las situaciones.

Habiendo de 3 a 5 estudiantes en el inner circle cada turno, tenemos amplia oportunidad de intervenir en la conversación. Y el involucramiento de los participantes surge del interés propio de los estudiantes por explorar a fondo las preguntas que la lectura le plante. Pero esas preguntas son preguntas serias acerca de la experiencia humana y se tratan con la seriedad que la mismas demandan.

(Continuará en la segunda parte.)

¡Feliz Día de Ayn Rand!

Aviso: este artículo contiene spoilers menores de las novelas de Ayn Rand.

Hoy 2 de febrero se celebra el 115 aniversario del nacimiento de Ayn Rand. Para mí es una fecha en la que siento gratitud y admiración por el nombre de la novelista y filósofa que he asociado con ella. Si identificara la mayor causa de gratitud que tengo hacia el trabajo de Ayn Rand en sus obras de ficción y no-ficción sería la visión de la vida que es posible para mí en este mundo que Rand me mostró. A continuación hablaré de algunos aspectos generales de esta exaltada visión de la vida que he encontrado en el trabajo de Ayn Rand.

Mi primer contacto con la obra de Ayn Rand fue con sus novelas. En mis primeras lecturas de La rebelión de Atlas y El Manantial, al apreciar las acciones de los héroes, y los caminos que seguían y los objetivos que perseguían, yo sentía que me estaba adentrando a un mundo casi extraño para mí. Pero no sentía que fuera un mundo extraño del todo porque las situaciones en las que se encontraban estaban tan atadas a este mundo que me hacían pensar que en el futuro, aunque en una diferente escala, yo me vería en las mismas situaciones enfrentando al mismo tipo de disyuntivas que ellos.

Uno puede ven en La rebelión de Atlas a Hank Rearden, un industrialista caracterizado por una refulgencia productiva que lo conduce a crear una nueva aleación de acero con grandes ventajas sobre el anterior tipo de acero en su uso para todo tipo de herramientas y estructuras para servir a los objetivos de los seres humanos. Rand nos lo presenta en la gloriosa noche de la primera colada del primer pedido de su metal, y presentando un panorama psicológico de la profunda felicidad que Hank siente viendo el producto de su trabajo, nos hace cuestionar sobre el tipo de cosas de las cuales derivamos nuestra felicidad, y de la experiencia que ello significa.

En Hank descubrí la posibilidad de encontrar profundo significado en la búsqueda de una carrera productiva, una carrera que integre todos mis esfuerzos en una visión unificada de lo que quiero hacer de mi existencia aquí y de la que obtenga la felicidad de mi vida.

O en Himno, la mini-novela en la que acompañamos al protagonista en un viaje por descubrir por primera vez algo en él que es digno de considerarse como sagrado, pero que todo ser humano tiene y puede re-descubrir si se atreve a desafiar las doctrinas con las que ha sido educado toda su vida. Yo desafié las doctrinas que me exigían rendir mi mente a las demandas de quienes alegaban conocimiento de una realidad superior, y que exigían mi auto-sacrificio en favor de quienes se piensa que tienen un derecho a disponer de mi vida. Examinar mis premisas, y descubrir unas nuevas premisas racionales que me conduzcan hacia esa visión que encontraba.

Estos personajes enfrentaban las preguntas a las que yo me estaba empezando a enfrentar en mi juventud, y que iban a implicar elegir un curso de acción a medida que crecía y dejaba la adolescencia. A mi alrededor veía pocas, sino nulas similaridades entre las posiciones que los héroes tomaban, y por los motivos y por los objetivos que ellos perseguían. Porque parecía que ellos estaban avanzando hacia objetivos que habían elegido conscientemente, pero que de forma importante, eran conscientes también del esfuerzo y el valor que requería de ellos trabajar para alcanzarlos.

En sus novelas Ayn Rand presenta una visión noble de lo que uno puede aspirar a ser en el mundo. En el manifiesto de su filosofía estética, Rand dice:

El novelista debe descubrir el potencial, la mina de oro, del alma del hombre, debe extraer el oro y luego crear una corona tan magnífica como su habilidad y visión lo permitan.

El Manifiesto Romántico, El objetivo de mi escritura.

En efecto, Rand en sus obras se propone mostrar en la palabra y acción de sus héroes lo que significa dirigir uno su vida basado en principios filosóficos y perseguir los valores que hace posible nuestra vida y felicidad.

Este #DíadeAynRand te invito a leer a Ayn Rand para examinar tus premisas y a explorar en sus novelas una nueva visión sobre el mundo en el que la felicidad existe, que es real, es posible y es tuyo.