Documental: «Commanding Heights»

Esta semana empecé a ver un documental de tres partes llamado «Commanding Heights: The Battle for the Economic World». El documental trata sobre la batalla de ideas entre las perspectivas del libre mercado y el control gubernamental de la economía. El documental toma el título del término que Lenin usó para referirse a sectores muy importantes de la economía de un país como las «commanding heights» (sectores clave) de la economía.

Por ahora he visto sólo la primera parte. Y me pareció muy interesante, especialmente el relato de los hechos históricos en los que se manifestaba ese debate de ideas.

El documental completo se puede encontrar en YouTube, dividido en tres partes.

Ben Bayer sobre «La rebelión de Atlas» como una novela Romántica

Hoy vi una charla muy instructiva en cuanto a qué es una novela romántica por Ben Bayer del Ayn Rand Institute.

En realidad, la charla es sobre cómo una novela específica, La rebelión de Atlas, es romántica, pero yo encontré el principal valor para mí en el análisis de Ben de «Atlas» como ejemplificando qué es y cómo luce una novela romántica.

Esto es particularmente interesante para mí porque me estoy embarcando en una exploración más amplia de literatura en este punto del año. Hoy leí la mitad de «Shane» de Jack Schaeffer y me está encantando. Y el análisis de Ben va a ser muy útil en darme las herramientas para analizar esta y las demás obras que lea.

La charla de Ben es muy recomendable y estimulante:

El primer paso es importante

Como lo compartí en mi post, ayer tomé el paso de reducir mis días de usar Instagram y redes sociales para darme más tiempo para hacer otras cosas.

Y hoy, esa determinación en la decisión que tomé me ayudó a tomar otra acción que desde hace un tiempo había pensado en tomar, pero que no me había atrevido a hacer porque representa un compromiso considerable de mi parte de tiempo y dinero.

Y eso es suscribirme a Audible.com y aumentar mi tiempo de lectura y hacerlo más fácil.

Hoy lo hice y al momento, escuché el 40% de La autobiografía de Benjamin Franklin. Ese es un libro que siempre quise leer y estoy tan feliz de por fin ponerme a hacerlo. Hasta el momento me he encantado. Espero terminarlo este fin de semana y después seguir con Zero to One de Peter Thiel.

Esa acción de ayer me pareció como un paso más hacia mejorar mi vida. Pero hoy resulta que me dio la inercia para dar un paso aún más significativo para mejorar mi vida acelerando y expandiendo mi aprendizaje.

Esto me recuerda a una frase que siempre me ha gustado de Dan Sullivan:

Most growth happens as a result of many small steps. The key is to keep taking them.”

Dan Sullivan, The Laws of Lifetime Growth

Reduciendo «screen-time»

Hoy vi el documental The Social Dilemma en Netflix. Fue un documental interesante. La primera mitad fueron insights muy buenos sobre hechos de las redes sociales y cómo están construidas. Pero la segunda parte me pareció más un activismo mal razonado con propaganda alarmista sobre las redes sociales.

Mi mayor takeaway es que las redes sociales como Instagram, YouTube y Facebook aprovechan tendencias naturales humanas para diseñar sus servicios de tal forma que sea fácil retener nuestra atención en ellos sin que, necesariamente, nosotros nos demos cuenta.

Entonces me puse a reflexionar sobre si me está afectando o no la forma en la que uso las redes sociales y decidí tomar una acción concreta. Con Facebook, desde hace tiempo empecé a reducir mi tiempo de pantalla hasta el punto en que las últimas semanas mi tiempo de uso ha estado por debajo de los 20 minutos al día. Con YouTube, desde hace años, siempre lo uso intencionalmente y cuidadosamente, enfocándome más en ver cosas de las que pueda aprender además de que lo que uso generalmente por una hora como máximo mientras estoy haciendo otras tareas, entonces no me preocupa mucho. Con Twitter, mi uso siempre es como mucho de 30 minutos, y he cuidado mi feed para que me muestre mayormente ideas de gente pensante.

Pero donde vi que había mucho que mejorar es en mi uso de Instagram. Así que lo primero que hice al terminar de ver la serie es desactivar temporalmente mi cuenta principal de Instagram. Y decidí que sólo la voy a desactivar y usar los domingos, y quizá a veces los días jueves. Y me encargué de dejar de seguir a más de un tercio de la gente que seguía en mi cuenta secundaria para reducir la información que me muestre y enfocarme en lo que yo vaya a compartir, que es para lo que creé la cuenta, compartir mi aprendizaje.

Voy a experimentar esto por un mes y estoy seguro que me va a ayudar a reducir mis distracciones durante el día. Ahora pensaré en cómo puedo reducir aún más las distracciones y aprovechar más el tiempo que libere de ello.

Recomendación: «Transforming Burnout with Selfishness»

Hoy escuché de nuevo un iluminador panel entre los psicólogos Ellen Kenner, Edwin A. Locke y Jean Moroney sobre un tema muy relevante a mi experiencia en el primer semestre de este año. Yo lo había escuchado hace dos años cuando fue ofrecido den el OCON 2018, pero el escucharlo ahora después de mi experiencia del semestre pasado fue muy enriquecedor y casi una experiencia diferente, porque lo puede relacionar más con mi propia vida y experiencia que yo mismo he tenido.

Recomiendo ávidamente esta charla a cualquiera que haya sentido alguna vez como si se le hubiera acabado el combustible para trabajar por sus metas, aún siendo metas con las que uno tiene un compromiso muy profundo. Eso puede pasar y es un fenómeno que tiene causas definidas… y soluciones que funcionan.

Hay muchas lecciones que sacar de este panel y preguntas que hacer. Pero es un excelente clarificador de los aspectos más fundamentales del fenómeno del «burnout».

Recomendación: «Los tres ingredientes de la productividad relajada» por Alex Epstein

El episodio más reciente de Alex Epstein en su podcast The Human Flourishing es un resumen con cuatro puntos importantes que ha tratado en su podcast sobre este tema.

La productividad relajada, dentro del marco de Alex Epstein consiste en tres ingredientes:

  • Un proceso inevitablemente productivo
  • Planeación de «high-altitude», como yo lo entiendo es algo como una perspectiva de panorama amplio y de largo plazo
  • Actividades de rejuvenecimiento real

Y la prevención de un ‘veneno’:

  • Destructores de enfoque

Este fue un episodio muy útil y espero regresar periódicamente a él mientras aprendo a implementarlo mejor a mi trabajo productivo y ver cómo puedo mejorar en este aspecto.

Escucha el episodio completo:

Aprovechando ‘life recipes’: rutina de final del día

Ayer me di cuenta de una razón importante de por qué disfruto mi rutina de final del día, que incluye una buena medida de actividad intelectual. Junto con eso, me recordé de un episodio de The Human Flourishing Project de Alex Epstein en el que habla de su idea de «Life recipes», que pensé que aplicaba muy bien a esto que descubrí.

Tres actividades que me he propuesto hacer cada día al final del día son: lavar los platos, escuchar podcasts, y escribir en el presente blog. Durante los últimos meses, he llegado a hacer de estas tres actividades parte de mi rutina de final del día. Y la secuencia en la que las hago me ha resultado en una experiencia disfrutable y que me propicia que cumpla estas tres actividades que, una es una responsabilidad básica mía, y las otras dos son ejercicios que sirven bastante a mi aprendizaje y cultivación intelectual.

Mi rutina es bastante simple. Consiste en lavar los platos después de comer, escuchar los episodios de podcasts que he seleccionado de antemano escuchar mientras lo hago, y al terminar de escuchar lo que he elegido, ponerme a pensar en un tema sobre el que tratar en mi blog, y al terminar de secar los platos ir a mi computadora y ponerme a poner mis ideas principales en papel y quizá un ‘outline’ y proceder a escribir el blog en mi computadora.

Esta rutina tiene muchos beneficios para mí. En primer lugar, la actividad más importante de las tres es escribir en mi blog. Pero para ello necesito un tiempo para pensar sobre el tema sobre el que quiero afinar mi pensamiento y compartirlo. Y tomarme el tiempo para estimular mi pensamiento escuchando podcasts y pensar sobre el tema para escribir mientras lavo y seco los platos es una excelente forma para propiciar siempre encontrar un tema sobre el que me interese y me sirva escribir.

Y con ello logro cumplir mi deseo de siempre aprender sobre temas que me apasionan y me interesan con podcasts aprovechando el espacio mental libre que tengo cuando estoy lavando y secando los platos.

Lo cual es perfecto porque yo quiero optimizar siempre mi tiempo y es el complemento perfecto para la tarea básica de dejar siempre todos los platos y utensilios que usé durante el día limpios para el siguiente. De esa forma no siento para nada que estoy perdiendo mi tiempo haciéndolo e incluso disfrutar hacerlo, lejos de odiar la responsabilidad y encontrarla tediosa.

Al darme cuenta ayer de cómo estas actividades se integran también y propician un proyecto muy importante para mí como es el aprender y escribir, me recordé del episodio en el que Alex Epstein habla de «life recipes». Una ‘life recipe’ es una combinación de elementos y actividades para tener una experiencia disfrutable y satisfactoria en cualquier ámbito de la vida. Somos muy cuidadosos con la combinación de elementos que usamos para tener un resultado excelente en la cocina, pero no hacemos lo mismo en otros campos de la vida como la recreación, el trabajo o nuestras relaciones. Y con la idea de ‘life recipe’ Alex nos llama a ser más intencionales en la forma en la que enfocamos nuestra prosecución de valores para disfrutar más y lograr lo que queremos en nuestra experiencia de vida.

De esto fue de lo que me di cuenta que había logrado ayer y estoy muy feliz por eso. Te invito a ser más intencional con tus ‘life recipes’ y también te dejo el episodio en el que Alex habla de esto para que reflexiones más sobre el tema:

Pregunta de hoy: ¿A qué cosas les puedo poner un «Finale»?

Hoy escuché una idea en el podcast Office Hours (por Isaac Morehouse TK Coleman) por la que estoy muy agradecido porque estoy seguro de que me va a servir mucho en los proyectos en los que la necesite aplicar.

Esa idea es la de poner una fecha o un marco de tiempo bien definido para llevar a cabo un proyecto. Si es un empleo, una práctica recurrente, un experimento periódico, o un proyecto cualquiera, en general, poner una fecha específica o una medida específica para terminar cualquiera de estos nos puede ayudar para controlar que siempre estemos totalmente comprometidos en un proyecto sin estresarnos por cualquier duda que tengamos en el camino sobre si es la cosa correcta que hacer.

Y ahí está parte de lo que pasa, que explica Isaac en el podcast. Que uno no puede dar lo mejor de uno mismo cuando uno está con la opinión dividida sobre si lo que uno ha elegido es lo que debería estar haciendo. Cuando uno está dudoso por llevar un proyecto en vez de no llevarlo, eso nos afecta la capacidad del enfoque que podemos tener para un proyecto.

Y la solución que ellos ofrecen, que a mí me parece estupenda, es restringir el tiempo que vamos a dedicar a un proyecto. TK Coleman propone pensarlo en términos de 30 días. Y como lo pone él, restringir esa actividad específica «es la respuesta perfecta para la pregunta ¿Qué tal si yo no disfruto esto? ¿Qué tal si no me gusta? ¿Qué tal si esto no es tan genial como yo pensé que sería?».

Isaac daba un punto importante a favor de hacer esa restricción: que cuando uno está llevando a cabo un proyecto a través del tiempo, pero uno decidió hacerlo indefinidamente y uno tiene dudas sobre hacerlo, uno tiene que decidir cada día sobre si lo debería estar haciendo o no. Y esta es una posición pésima en la que ponerse. Porque esto nos llevaría, como lo dice Alex Epstein, a mezclar el decidir sobre «qué hacer» con el «cómo hacerlo». Y el mezclar estos dos pasos de nuestras actividades es un desastre porque nuestra mente no puede concentrarse en la perspectiva de largo paso que pensar el «qué hacer» requiere al mismo tiempo que ponerse en el estado de enfoque total que el «cómo hacerlo» requiere.

Cuando uno está totalmente claro y determinado sobre el hacer algo sin vacilar sobre si hacerlo o no, se puede concentrar totalmente en el momento y en la tarea que nos corresponde. Uno no cuestiona la decisión que uno toma.

Y un excelente mindset en el que estar, entonces, como lo explica Isaac, es decir: voy a hacer este proyecto dentro de este período específico de tiempo con un cien por ciento de compromiso, y voy a revaluar mi decisión sobre si seguir o no al final de este período de tiempo.

Una idea que definitivamente me va a ayudar mucho con mis experimentos y mis proyectos. Gracias Isaac Morehouse y TK Coleman.


Te invito a escuchar el podcast para aprender mejor sobre esta idea de Isaac y de TK mismos (este tema empieza en el minuto 29:00):

Estar cómodo sintiéndose incómodo

«Tienes que estar cómodo sintiéndote incómodo». Es una frase que escuché ayer, en la introducción a la entrevista más reciente que Don Watkins hizo en su podcast Liberty Unlocked, y que resonó mucho conmigo.

Don le atribuye esta frase a Alex Epstein, y a lo que se refieren ellos al decir esto es a la actitud que uno debe tener hacia actividades que requieren de un proceso y de un esfuerzo importante. Don explicaba que esto aplica al pensamiento. Que al inicio de una exploración sobre un tema intelectual basada en muchos puntos de evidencia y de análisis (este es un caso, pero bien puede funcionar en cualquier otro caso), uno no debería esperar que todo se pueda resolver –los hechos se puedan categorizar, conectar y se pueda generalizar– sin confusión ni abrumación por la complejidad de lo que tenemos en frente. Que es normal que al empezar a pensar sobre un tema nuevo, a entenderlo o quizá a escribir sobre el tema, uno se sienta confundido y abrumado por el trabajo de recabar todos los hechos relevantes, de llegar a las generalizaciones primero observando los hechos y avanzar hacia lo más abstracto y todo lo que ello implica.

El pensamiento y el conocimiento requieren trabajo. Y al empezar una exploración, es normal la confusión y las preguntas sean el punto de partida. Y uno debe aprender a estar cómodo cuando siente esa incomodidad, porque es por donde debemos pasar para obtener la claridad y el entendimiento que buscamos sobre los temas.

Esto resonó bastante conmigo porque frecuentemente he sentido esa incomodidad cuando se trata de escribir mis tareas, notas de lectura, blogs, pero especialmente estos últimos. Porque lo hago a diario y no tengo especificado tanto como en mis clases sí lo tengo. Esta semana me he sentido con esa incomodidad de no tener claro qué es lo que voy a escribir. Pero como sé que es lo que me he propuesto hacer y es lo que agrega a mi disciplina, acepto esa incomodidad, y termino escribiendo sobre ideas que realmente me inspiran y reflejan las cosas que he aprendido. Y cada vez me siento un poco más confiado de que, aunque paso por ese momento de incomodidad frente a la pantalla y el teclado, sé que me he puesto a aprender y a estar curioso y alerta durante el día, y si trato de recordar y reflexionar sobre ello puedo encontrar algo sobre lo que desarrollar en mi blog.

Y escuchar esta reflexión de Don Watkins, me ayuda a conceptualizar mejor ese estado por el que paso, y a aceptarlo mejor y a tener más confianza. Lo que quiero desarrollar más ahora es internalizar más esta actitud que es una que es una que realmente necesito para mis actividades diarias, que suelen demandarme mucho esfuerzo intelectual.

¿Con qué pregunta me voy a dormir hoy?

Hoy me estaba costando encontrar un tema para escribir. En realidad tengo muchos temas anotados, pero hoy no me dejé el tiempo que necesitaría para abordar alguno de esos temas como yo querría.

Pero mientras pensaba y buscaba qué tema potencialmente escribir, también estaba pensando en qué preguntas me pueden llevar a encontrar algún tema. Tenía en mente el principio de escribir sobre mis preguntas y mi hashtag #MePregunto. Entonces una pregunta saltó a mi mente consciente: «¿con qué pregunta me voy a dormir hoy?».

Y esta pregunta me la hago pensando qué preguntas descubrí hoy, o tal vez, desvelé de mi procesamiento consciente de las cosas nuevas que absorbo. Otra forma de poner la pregunta es: ¿qué preguntas me llevo de este día? ¿Qué aprendí, y qué quiero seguir explorando?

Esta será mi nueva serie para mi blog.

Hoy por un momento temí que no iba a encontrar algo satisfactorio que compartir. Pero este resultado me gusta bastante. Me reté y me esforcé en encontrar algo concreto que escribir aquí, y esto es definitivamente una buena forma de enfocar y de poner en marcha mi mentalidad de aprendizaje. Ahora lo que me gustaría es encontrar un buen hashtag o tagline para identificar esta serie mejor. Emocionante.

Un hallazgo muy interesante

Hoy supe sobre un dato muy interesante sobre Dan Sullivan, un emprendedor y coach estadounidense del que he aprendido mucho. En este blog he compartido varias veces cosas que he aprendido de él.

Siempre me pareció que Dan Sullivan tenía dos de los elementos más importantes en la filosofía y el sistema de operar de alguien, que es la forma en la que usa su mente y el código de valores por el que guía sus acciones. Si uno escucha sus podcasts él siempre menciona los principios abstractos por los que se guía, y siempre concretizándolos con alguna historia o algún ejemplo. Es, ciertamente, un «pensador conceptual» muy talentoso, como frecuentemente se le describe y cualquiera puede aprender mucho de él.

Lo que descubrí hoy es que él leía a Ayn Rand cuando él era joven. En este episodio de 10xTalk sobre Los tres pilares de la autoconfianza1 lo menciona, y también menciona cómo conocía a Nathaniel Branden y cómo él usa la idea del autoestima en su trabajo productivo. Ahora me hace mucho sentido el por qué él tenga una orientación filosófica tan firme y basada en la realidad. El saber sobre esto hoy me pareció muy interesante.


1 The Three Pillars Of Confidence – 10xTalk With Dan Sullivan And Joe Polish Episode #59

#HoyAprendí: Una lección sobre consistencia

Esta tarde me sentía menos en el mindset de escribir para mi blog que otros días. Ese mindset es el que sí he tenido todos los días de este mes que he escrito y me ayuda muchísimo a escribir y a entusiasmarme en anticipación para lo que me voy a poner a escribir. Cuando me di cuenta de eso me pregunté por qué será. Y tengo una fuerte sospecha de qué podrá ser.

Ayer no escribí porque era domingo y el domingo es mi día para descansar. Pero creo que el no haber escrito ayer me restó un punto de confianza para ponerme a escribir hoy. Eso afectó mi ‘momentum’ para seguir con mi hábito hoy.

El domingo pasado no tenía planeado escribir pero se me ocurrió un tema muy interesante, así que escribí. Y eso fue muy gratificante para mí porque no lo había, en realidad, planeado.

Y eso es lo que pasa cuando uno forma hábitos como estos. Con cada logro, con cada meta lograda, y con cada sorpresa que uno se lleva con los resultados inesperados, uno va creciendo ‘momentum’ para hacerlo con más energía, motivación y eficacia.

Así que esa es mi lección de hoy. La consistencia puede ser frágil al inicio de cuando se quiere empezar a construir. Y un rompimiento en esa consistencia puede afectar el ‘momentum’ creciente.

Por lo tanto, la acción que voy a tomar es, escribir los domingos sin excepción. Resolví que el escribir no tiene que ser una carga para mí intelectual seria; puedo escribir sobre un tema en el que me demande menos y, mejor aún, escribir sobre las obras de arte que consuma o las experiencias que disfrute.

Así que hoy estoy muy feliz. Porque identifiqué el obstáculo de mi mindset afectado esta tarde, pero lo aproveché para transformarlo en el aprendizaje que acabo de compartir aquí.

Siempre haz tu aprendizaje más grande que tu experiencia.

Dan Sullivan, Fundador y Presidente de The Strategic Coach Inc.

El progreso es aprendizaje, y tiene un origen del que frecuentemente nos olvidamos — #Reflexión

Hoy, a partir de un intercambio de mensajes con una amiga, hice unas conexiones que antes no tenía explícitas y que me me llevaron a una fascinante reflexión. Aquí voy a hablar de una de ellas, sobre el progreso como aprendizaje y su origen, del que frecuentemente nos olvidamos; o ni siquiera hemos reconocido. Una aclaración importante

Constantemente a partir de las noticias en Guatemala surgen debates en torno a cuales son las mejores formas de abordar los problemas económicos, ambientales, de educación, y de todo tipo de ámbitos de nuestra vida en sociedad. Frecuentemente el debate se centra en quiénes deberían encargarse de ello; que si la iniciativa privada puede solucionar mejor los problemas, o el gobierno por medio de los funcionarios, u otras veces se mencionan «alianzas público-privadas».

Por todos lados la gente usa el concepto de «desarrollo» para referirse al proceso de encontrar soluciones a las soluciones con las que nos enfrentamos. Parece que el estándar para juzgar los proyectos del gobierno o el sector privado que ampliamente se acepta es el estándar de «lo que promueve el desarrollo».

Una forma más específica de referirnos a ese concepto podría ser «progreso», ya que «desarrollo» siempre puede ser hacia un avance, o un retroceso.

Pero la conexión que hice hoy en mi mente es que el progreso humano es, esencialmente, aprendizaje humano.

Hay progreso a medida que los seres humanos aprendemos a hacer las cosas mejor que lo hacíamos antes. No hay avance si seguimos haciendo las mismas cosas (un principio del que ampliamente se habla), pero no podemos hacer cosas diferentes si no aprendemos a cómo hacerlas, y no sólo a hacerlas diferente, sino hacerlas aun mejor.

Pero quienes aprenden no son las sociedades, las ciudades o los países. Los que aprenden son los individuos. Un colectivo no piensa, porque no hay un cerebro colectivo; de la misma forma que no realizamos digestión colectiva, porque no hay un estómago colectivo (usando la analogía de Rand). Así que un colectivo tampoco aprende. Sólo una persona individual con un cerebro propio piensa, y sólo tal persona aprende.

Por lo tanto, sólo los individuos aprenden y son los agentes de progreso. Pero, evidentemente, tú que estas leyendo esto, no creaste por ti mismo el dispositivo con el que estás leyendo esto. Seguramente no creaste nada de lo que te rodea en este momento. Lo que sí hiciste (o tus papás hicieron) es producir el valor necesario para intercambiar todas las cosas que utilizas con otras personas que sí las crearon. La cooperación es una necesidad absoluta para nuestra vida en sociedad. Pero, de nuevo, una sociedad, una compañía, una fábrica no posee manos colectivas, ni ojos colectivos, ni nada que sea colectivo (en este sentido del término). Toda capacidad de producir y de colaborar pertenece a individuos. Y cuando unimos nuestros esfuerzos para colaborar, lo que podemos aprender se potencia, y lo que podemos progresar se dispara, y eso no se compara con lo que una sola persona podría hacer en aislamiento.

Así que esto es algo importante que tenemos que tomar en cuenta a la hora de discutir sobre las soluciones a los problemas a los que nos enfrentamos en todos los ámbitos de la sociedad. Que todo desarrollo, todo progreso, depende del aprendizaje de los individuos singulares que forman parte de esa agrupación que llamamos «sociedad».

Y lo que nos corresponde, entonces, después de reconocer este hecho, es preguntarnos, ¿Cómo podemos hacer para que el aprendizaje del que depende el progreso, de hecho se realice? ¿Cómo podemos propiciar ese aprendizaje individual? ¿Cómo lo hacemos en las escuelas, en las compañías, en el entramado regulatorio, en el ambiente institucional, y en la cultura en general?

La calidad de vida de cada guatemalteco y nuestro progreso en todos los ámbitos, al final, encontramos que depende directamente del aprendizaje individual que realiza cada persona usando su propia mente. ¿Cómo podemos respetar y propiciar ese aprendizaje? ¿Cómo reconocemos mejor y respetamos ese motor sagrado de la vida que es la mente humana individual?


Aclaración: Seguramente otros ya han pensado sobre esto mucho más profundamente y en más detalle antes de mí. Así que no alego, desde ninguna perspectiva que estas ideas sean originales mías. No me he puesto a investigar las ideas idénticas que otro hayan pensado, pero la presente reflexión es con el propósito de reforzar mi propio aprendizaje y ejercitar mi pensamiento, al mismo tiempo que compartirlo. Regresar al inicio

No saques la basura

No saques la basura… hoy.

Esa fue la lección que aprendí hoy durante lo que había planeado como mi primera hora de lectura, a primera hora de la mañana.

Gracias a Alex Epstein aprendí el sistema de tiempo de Dan Sullivan de ‘Focus Days’, ‘Free Days’ y ‘Buffer Days’. Mi Buffer time lo he planificado en la mañana de cada jueves, que es el tiempo en el que hago limpieza general, lavo la ropa, y otras actividades de mantenimiento y preparación.

Pero hoy, antes de empezar el día, vi la basura acumulada en mi basurero cerca de mi escritorio. Y racionalicé en mi mente que no me iba aquitar mucho tiempo y que, aunque en realidad no me molestaba, mi iba a decir que estaba mejor que lo hiciera… a pesar de que explícitamente me había dicho una semana antes que es algo que debía dejar para el jueves. Así que decidí sacarla de mi habitación junto con la de otro basurero que uso. Eso me llevó a hacer una revisión de los papeles que ya no iba a utilizar, y una reorganización de los que sí iba a usar.

La tarea me llevó 40 minutos.

40 minutos que perdí, cuando lo que debí estar haciendo fue trabajar en la lectura que me había asignado.

Entonces me puse a reflexionar en lo que pasó. El tiempo que gasté en sacar la basura, y a lo que eso me llevó me significó empezar el día de forma problemática. Porque me atrasé en la agenda que quería seguir. Entonces pensé en lo importante que es respetar lo que me había propuesto hacer, y esperar un día más para sacar esa basura que había agendado para hacer de una forma que era coherente con lo demás.

La lección, en resumen fue, ser más diligente en seguir el plan que Nixon pasado había hecho para Nixon del momento, y así prevenirme de las acciones perjudiciales que Nixon del momento puede cometer por un impulso seguido separado de intencionalidad. No hacer las cosas hoy, que he planificado intencionalmente para mañana.

#HoyAprendí: Enfocarse en el pensamiento más bien que en la escritura

Hoy tuve una sesión de revisión con mi mentor de un ensayo que escribí, y aprendí un par de lecciones importantes sobre el enfoque que con él estamos tomando a mi escritura.

En esta clase tenemos el énfasis en tratar la escritura como una herramienta para el pensamiento. Entonces, no nos enfocamos tanto en el resultado de nuestra escritura, sino en el el proceso de la escritura, incluyendo todas las ediciones e iteraciones que podemos efectuar en nuestro proceso de escritura y prueba y error.

Pero eso es diferente al enfoque con el que yo empecé este ejercicio. Mi preocupación estaba en la calidad comunicativa con la que yo escribía, mas bien que en el desafío mental al que uno se somete al escribir.

Yo pienso que muchas veces el estándar para una buena escritura es la calidad comunicativa de nuestra pieza. Pero ese takeaway que tuve de mi clase de hoy, me hizo pensar en cómo, para los propósitos del aprendizaje propio, enfocarme en cómo escribir me hace un mejor pensador.