Reflexiones de aprendizaje: Bacon, Galileo y preguntas sobre el nacimiento de la ciencia

Hoy asistí a la que ha sido mi clase favorita de mi curso de Historia de la Filosofía. El tema que vimos fue Ciencia y el método científico.

Las figuras que estudiamos y los temas que tocamos en esa clase hoy resonaron fuertemente conmigo, dado que estas mismas figuras y temas habían ya atrapado mi atención y fascinación durante mi primer año en el Bootcamp del Michael Polanyi College (MPC).

Ese sentimiento de emoción y de intriga que uno tiene cuando está por jugar esa secuela de un videojuego que a uno le gusta mucho es el que yo siento hoy al retomar desde una perspectiva histórica y filosófica el estudio de ciertos filósofos y astrónomos que leí en el Bootcamp del MPC.

Esas figuras son Francis Bacon y Galileo Galilei, de quienes su trabajo se discute en el contenido en el que esta clase fue basada, que fue el capítulo 3 de A History of Western Philosophy: Hobbes to Hume de W.T. Jones (el libro que estamos estudiando este semestre).

En su momento en el MPC leímos partes de Novum Organon de Bacon y partes de Dialogues Concerning Two New Sciences, precisamente dos de los trabajos que W.T. Jones aborda en su libro. También en el MPC vimos partes del Almagest de Ptolomeo, sobre el cual ciertamente me recordó la discusión de Jones del trabajo de Copérnico.

Cuando entré al MPC yo sabía que en lo que quería profundizar más era la filosofía. Venía de haber leído ya La rebelión de Atlas, El manantial y más recientemente la Introducción a la Epistemología Objetivista. Este último me había ya decididamente mi interés por la epistemología, esa rama de la filosofía que al estudiarla me había proporcionado razones para confiar en el uso de mi propia mente y métodos para usarla eficazmente. Así que cuando llegamos a discutir Francis Bacon, todas sus ideas sobre la necesidad de purgar nuestra mente de los «Ídolos» que distorsionan nuestro pensamiento y el énfasis en el método inductivo y la primacía de la evidencia empírica en descubrir la realidad, inmediatamente atrapó mi interés.

Lo que Bacon proponía resonaba conmigo por lo que había aprendido de la epistemología Objetivista que defiende la importancia del método inductivo de descubrir el mundo y el enfoque objetivo que es necesario para operar como seres humanos pensantes. En ese momento me empezaban a surgir ideas como ¿cuál es el rol que los desarrollos filosóficos de Bacon tuvieron en el avance de la ciencia, si es que lo tuvo? Yo ya estaba familiarizado también con las afirmaciones de Ayn Rand de que Aristóteles fue quien sentó las bases para el desarrollo del método científico más de un milenio después, así que me preguntaba ¿cuál es la relación entre Aristóteles y los desarrollos que filósofos como Bacon estaban haciendo? ¿Cómo las ideas del primero llegaron a éste último? ¿Realmente los científicos del renacimiento construyeron sus desarrollos sobre las ideas de Aristóteles, o desarrollaron ellos mismos independientemente de Aristóteles sus propias bases para la investigación científica? Bacon parece seguir el enfoque empírico inductivo de Aristóteles, pero ¿por qué el primero es tan duro crítico de éste último?

Lo que estaba viendo yo era los principios básicos que explicaba Rand en su epistemología en acción jugando roles importantes en el desarrollo de la ciencia. No pensaba yo que los científicos del siglo XVI eran objetivistas, sino que, adoptando los mismos principios que Aristóteles había formulado (y que Rand había aceptado y proveído de base para su filosofía), estos científicos (y aún tenía en duda la relación real entre las ideas el antiguo filósofo y las de los modernos) contribuyeron al desarrollo del método científico y así inaugurando el proyecto de la ciencia moderna.

Estaba viendo principios filosóficos operando en importantes desarrollos, y me preguntaba cuál realmente había sido el rol de la filosofía en el nacimiento de la ciencia moderna, y quiénes fueron las figuras que hicieron tales desarrollos posibles, y con qué ideas, y con qué métodos llegaron a sus descubrimientos.

Fue así que en esos meses de estudiar pequeñas pero jugosas porciones del trabajo de los fundadores de la ciencia moderna, y haciéndome preguntas sobre las causas que hicieron posibles esos avances, que adopté una fascinación por la historia de la ciencia y por la filosofía de la ciencia.

Esas eran preguntas que me hacía todo durante el Bootcamp en el MPC. Me tomo este tiempo para reflexionar sobre el hecho de que ahora en mi curso de Historia de la Filosofía he llegado al punto en el que lo que estoy estudiando es las respuestas que W.T. Jones ofrece al tipo de preguntas que yo hacía.

Eso es muy gratificante, pero aún más, está siendo una experiencia de la que estoy aprendiendo muchísimo. Y eso es así porque refuerza de forma importante mi motivación por seguir estudiando la historia de la filosofía y la ciencia aún más. Ello confirma que la actitud de mente que yo tenía en ese tiempo –de hacerme preguntas y llenarme de curiosidad por entender la causa de las cosas– es una actitud apropiada que mantener porque me produce frutos tales como el poder explorar posibles respuestas a las preguntas que me formulé y entender el mundo y cómo hemos llegado hasta acá.

Y también es una lección en cuanto a la integración del conocimiento y el rol que ello tiene en el aprendizaje de uno. Cuando los estudiaba a ellos, Bacon, Galileo, Lavoisier, Newton, etc. sentía unas ansias por integrar mi conocimiento sobre la naturaleza de los avances que hacían, y cómo todo eso añadía a un todo que comprendiera un entendimiento integrado de la historia del progreso científico. En su momento no lo tuve –ciertamente diseñar un programa de estudios como ese exigiría mucho más esfuerzo e investigación– pero es un área sobre el cual he conservado mi entusiasmado interés, y que me provee una satisfacción profunda sobre los resultados de mis estudios extensos y dedicados a estos temas tan abstractos.

Sigo pensando, como lo pensé en el Bootcamp, que en un universo paralelo me dedicaría a la historia de la filosofía, y específicamente a estudiar y buscar demostrar –o encontrar evidencia de lo contrario– la influencia de Aristóteles en el desarrollo de la ciencia y en el progreso moderno. Eso me fascinaría.

Pero en este universo, algo que me fascina aún más, y que he concluido que es más urgentemente importante, es el dedicarme a entrenar mi mente filosófica, entender en general la historia de la filosofía, y estudiar educación. Todo ello para desarrollar y servir de guía a quienes desarrollen programas educativos en los que se eduque a los jóvenes en las ciencias naturales para cultivar en ellos herramientas intelectuales para que puedan hacer inteligible el mundo que los rodea.

Me siento muy afortunado de pasar por tan maravillosa experiencia de aprendizaje en mis estudios como fellow en el MPC. Espero seguir con estos estudios y poder en un futuro hacer posible que otros jóvenes y niños puedan pasar por el tipo de maravillosa educación que es para ellos, no una carga que sufrir y soportar, sino una aventura llena de exploración y emoción del mundo que nos rodea y del desarrollo nuestro poder de entenderlo y de modificarlo para alcanzar nuestros valores en él.